El primer vibrador se creó en 1870 para tratar la ‘histeria’ femenina, una supuesta enfermedad que atacaba a las mujeres cuando se sentían irritables. Quizá no pensaron en el uso que, a futuro, se le daría a este aparato. Si alguna vez te habías preguntado para qué se inventó en realidad, mira este artículo.
¿Qué era la histeria? La causa del primer vibrador
Según un mito de la antigua Grecia, el útero no está estático sino que deambula por el cuerpo y causa enfermedades a la víctima al llegar al pecho. Esa teoría da origen al nombre. La raíz proviene de la palabra griega para útero es hystera.
A esto se le llamaba “sofocación de la matriz” y se creía que la causa era la abstinencia sexual. Decían que la retención de fluidos era el origen. Los remedios eran mantener estando casada, el matrimonio si era soltera y un masaje de una partera, siendo este el último recurso. El masaje consistía en que la partera diera un masaje con esmero en la zona genital de la mujer hasta llevarla al climax y aliviando la histeria.
Médicos con manos cansadas: para esto se inventó el primer vibrador
En el siglo XIX, la enfermedad fue una especie de plaga entre las mujeres. Cualquier comportamiento como la ansiedad o irritabilidad era considerado como un síntoma y era enviada a un masaje relajante. Para entonces, se creía que cualquier desorden psiquiátrico femenino tenía que ver con el útero.
Pero, los médicos no disfrutaban esta tarea, ni las parteras. Entonces, el médico británico Joseph Montier Granville en 1870 patentó el primer vibrador electro-mecánico con forma fálica. Este lograba aliviar a las pacientes en menos de diez minutos. La empresa “Hamilton Beach” comenzó a producir en 1902 vibradores.
Por entonces, aparecía en los anuncios “La vibración es la vida” o “Porque tú, mujer, tienes derecho a no estar enferma”. Y se publicitaba como un “instrumento para la tensión y la ansiedad femenina”. Servía para mantener a las mujeres relajadas y contentas.
¡Interesante idea!