Es usual que una pareja no se ponga de acuerdo en lo que significa “Engañar” y más si a esto le sumamos la era digital. Una reciente encuesta encargada por Deseret News asegura que tres cuartas partes de los estadounidenses creían que tener intimidad asociada a la cama con otra persona era engañar. Pero, existe confusión con otros tipos de contacto.
Definamos el engaño
“Lo que cuenta como engaño ha cambiado porque las otras personas son más accesibles ahora”, asegura la psicóloga clínica y terapista, Sue Johnson. “Las reglas no son tan claras y las oportunidades para coquetear y o mantener diversos niveles de compromiso sexual se multiplicaron”.
La infidelidad digital desató debates morales entre las personas, según la investigación del psicólogo Dylan Selterman. “Las personas que se preocupan por la pureza y la santidad, como aquellos que tuvieron una crianza demasiado religiosa, tienden a presentar juicios morales más severos sobre el sexting y otros actos digitales”, explicó Selterman a CNN.
Pero, tiene un efecto contraproducente, internet ofrece a las parejas una manera de ser leales “He descubierto que muchas parejas utilizan la porn0grafía y las redes sociales para mantener la monogamia, no para traicionarla”, reveló Tammy Nelson. “Ser monógamos, en sus mentes, significa no acostarse con otra persona, y tener un perfil en línea es un modo de encontrar variedad y excitación sin engañar en la vida real”.
Son los individuos de la pareja quienes deciden qué es infidelidad y dónde poner los límites. Quien engaña decide qué es traicionar y qué no. Por lo tanto, es la pareja quien debe conversar sobre los límites antes de iniciar la relación.
Espiar a la pareja
Este es otro gran problema, ya que la tecnología ofrece la posibilidad de espiar a la pareja.
“Las personas se asustan, van a espiar porque no pueden soportar la ansiedad”, explicó Johnson. “Si has herido a tu pareja y quieres reparar el vínculo, depende de ti lograr que considere innecesario espiarte, ser transparente y demostrarle que no estás escondiendo nada”.
Pero, no es algo realmente saludable. Las personas necesitan espacio y privacidad. Es la pareja quien debe conversar y poner sus límites.