El taco es uno de los platillos más representativos de la comida mexicana. Consiste en una tortilla enrollada con algún alimento y salsa. Cuando los turistas llegan al país desean probar un sabroso taco tradicional. Pero ¿Qué tan atractiva es la idea de saborear un taco de viseras? Upsocl le presentó esta idea a unos extranjeros que se animaron por la curiosidad de unos tacos misteriosos. Mira cómo reaccionaron.
Eran dos extranjeros. Una asiática y un hombre aparentemente europeo. La dinámica consistió en darles tacos, sin decirles con qué exactamente estaba acompañado. Podían ponerles salsas o lo que desearan, pero sin excluir la proteína. Ellos decían qué les parecía, qué creían que estaban probando y describían cómo se sentían comiéndolo. Lo siguiente fue vendarles los ojos y ponerles en sus manos la parte del animal que comieron: lengua, ojo, sesos e intestinos.
¿Es sano comer viseras?
El rechazo que las vísceras produce es innegable. No todo el mundo desea ingerir los órganos del animal. Es una especie de tabú. Se consideran viseras al bazo, cabeza, cerebro, cola, corazón, cortezas o piel, hígado, huesos, intestinos, lengua, mollejas, riñones, sangre, testículos y la tripa.
A nivel ecológico hay un aprovechamiento completo del animal. Por lo tanto, hay menos agotamiento de recursos naturales, menos usos de abonos y pesticidas, tampoco hay uso de transporte y baja la emisión de gases invernadero. Desde el punto de vista nutritivo, el doctor Mercola asegura a El Universal que tienen un alto contenido de proteínas, con variabilidad en nutrientes, pero altamente ricos en vitaminas liposolubles, hierro, magnesio, selenio y zinc.
La clave, según explica el médico, es no comerlos tan seguido, ya que el alto contenido en hierro puede provocar coagulación de la sangre y problemas cardiovasculares.
¿Cuándo vas por tus taquitos de ojo? ¡Buen apetito!
